29.9.25

Mosaicos públicos de teselas, pero modernos


Existieron grandes y magníficos mosaicos en espacios públicos durante las civilizaciones antiguas, griegos y romanos sobre todo, aunque su uso público varió según la cultura y el período histórico. 

Los hallazgos arqueológicos revelan una rica tradición de arte musivario hecho con pequeñas teselas y que se extendía más allá de las residencias privadas hacia los espacios comunitarios, hacia locales de usos públicos para los ciudadanos libres.

Los romanos fueron quienes más desarrollaron el uso de mosaicos en espacios públicos. Las termas públicas constituían los ejemplos más espectaculares de esta práctica decorativa.

Las famosas Termas de Caracalla (212-217 d.C.) albergaban extraordinarios mosaicos en sus suelos, especialmente en las zonas de los llamados gimnasio y vestuarios, realizados con teselas de mármoles preciosos: pórfido rojo, amarillo antiguo, verde serpentino y granate pavonazo.

Estos mosaicos presentaban innovadoras composiciones geométricas que contrastaban con los típicos mosaicos del interior de las viviendas.

Los edificios públicos como basílicas, mercados y foros también contaban con pavimentos decorados con teselas. Se han documentado mosaicos en bibliotecas públicas, donde representaban figuras de atletas profesionales, boxeadores y luchadores, mediante rica policromía.

Las termas públicas de Valeria (Cuenca) conservan mosaicos pavimentales únicos en el panorama arqueológico hispano-romano, con decoración polícroma que identifica hasta cinco tonalidades diferentes. En Aragón también tenemos muy buenos ejemplos de mosaicos romanos recuperados.

Pero por la fragilidad de la conservación de este tipo de mosaico para estar colocados en zonas al aire libre, no es conocido que existan ejemplos recuperados, que nos puedan servir para buscarles una similitud con lo que sería Arte Urbano.

Los romanos sí colocaron mosaicos en ciertos espacios exteriores, particularmente en aceras frente a tiendas y establecimientos comerciales. Estos mosaicos funcionaban como elementos decorativos y promocionales, identificando los negocios y embelleciendo las zonas comerciales de las ciudades.

En las ciudades romanas como Pompeya, las aceras (crepidines o semitae) constituían espacios públicos importantes que separaban los edificios privados de las calzadas y por las que paseaban los ciudadanos.

Aunque la legislación romana generalmente prohibía construcciones sobre las aceras, existían excepciones que incluían elementos decorativos como fuentes y, en algunos casos, pavimentos ornamentales que ejercían la función de señalar como publicidad.

En algunas ciudades europeas es posible ver en la actualidad este tipo de anuncios modernos, en las aceras, en el suelo, remarcando la actividad de los locales comerciales que hay a su lado. Tiendas, farmacias, barberías, etc.

El ejemplo que vemos en la imagen, es moderno y de la ciudad de Milán.

Grafiti en la puerta de la Asociación de Vecinos de La Jota


En los últimos meses se nos ha preguntado en el barrio de La Jota de Zaragoza, bien a los profesionales médicos, a las Farmacias o a los representantes de los Vecinos, como hemos logrado algunos pequeños trabajos de coordinación para lograr mejoras entre los servicios a los vecinos. La respuesta ha sido siempre la misma. Solo se necesitan ganas de trabajar por los demás y por los problemas.

La imagen de la puerta lateral lo representa perfectamente. Es la puerta de la Asociación de Vecinos de La Jota, un grafiti precioso. Solo se ven parte de un barrio y dos manos que se juntan para trabajar a la vez, unidas. 

No sabemos quiénes son, no quiere ninguno de ellos aparecer, no existe personalismo, simplemente existen ganas de trabajar por lo que tienen detrás. Nunca hay que ver la cara, siempre es suficiente con mostrar el trabajo que se consigue. Lo de menos es el quien, lo demás es el qué.